Existen diversos modelos teóricos para explicar las causas de la depresión y la depresión en
sí misma. Algunos se fundamentan en procesos psicológicos, otros en aspectos biológicos y, también,
pueden encontrarse otros de naturaleza más interpersonal.
Modelos explicativos psicológicos de la depresión
Los modelos cognitivos tratan de explicar el origen de la depresión en los seres
humanos desde distintos puntos de vista. Hay teorías que se centran en el procesamiento de la
información, como son los casos de las teorías de Beck y Teasdale, respectivamente. Para Beck, los
trastornos depresivos
se producen por distorsiones o sesgos en el procesamiento de la información que implica una
pérdida; las personas depresivas valoran en exceso los sucesos de tipo negativo, como globales e
irreversibles, apareciendo lo que Beck denomina «triada cognitiva»: visión negativa del mundo,
del futuro y del yo. Dichas actitudes aparecerían representadas, mentalmente, como «esquemas» y
serían las responsables del procesamiento sesgado de la información; se trata pues, de los esquemas
depresógenos disfuncionales. El modelo de Beck se considera como un modelo de
diátesis-estrés, es decir, cierta predisposición o vulnerabilidad de tipo cognitivo pueden
desencadenarse si aparecen ciertos sucesos estresantes en la vida del individuo.
Otra teoría explicativa de la depresión asociada al procesamiento de la
información es la «hipótesis de la activación diferencial de Teasdale». Se trata de otro
modelo de diátesis-estrés en el que la activación del llamado «nodo de la depresión» (esquema en
Beck) al ocurrir un acontecimiento estresante, hace que esta activación se extienda a otros nodos
cognitivos asociados; si dicha actividad vuelve a activar los mismos nodos depresivos el resultado
será un aumento y mantenimiento de la depresión inicial.
Existe otro núcleo teórico de gran relevancia para la explicación de la
depresión desde la perspectiva cognitiva, se trata de un grupo de teorías de corte
cognitivo-social. La teoría de la indefensión aprendida de Seligman parte de estudios con
animales que reaccionaban con patrones similares a los de la
depresión
en humanos ante una serie de estímulos eléctricos que no podían controlar; estas conductas aparecen
cuando el animal no tenía esperanza de poder controlar la situación, entonces se producía la
«expectativa de incontrolabilidad». Una reformulación posterior de la teoría de la indefensión
aprendida completó la hipótesis inicial con teorías de tipo atribucional; la expectativa de
incontrolabilidad se extendía en el tiempo, es decir, se cronificaba, se generalizaba a otras
situaciones, produciría un notable descenso de la autoestima y el factor motivacional, desde el
punto de vista del tipo de situación deseable para el sujeto. Por tanto, nuevamente se pone de
manifiesto el factor de vulnerabilidad cognitiva a la
depresión,
donde el estilo atribucional depresógeno explicaría la indefensión aprendida como factor etiológico
de la depresión humana.
La última de las teorías de tipo cognitivo-social es la llamada teoría de la
desesperanza, formulada por Abramson. La depresión por desesperanza sería la expectativa
negativa sobre la ocurrencia de un suceso que se valora como importante, todo ello acompañado de un
sentimiento de indefensión sobre la posible opción de ocurrencia del suceso en cuestión.
Existe otro grupo de teorías explicativas de la depresión, de tipo
cognitivo-conductual, más centradas en la interacción entre el sujeto y su ambiente. La teoría
de la autofocalización de Lewinsohn sitúa el origen y las
causas de la depresión
en los factores ambientales, considerando la existencia de unos factores cognitivos mediadores; el
aumento de la autoconciencia sería la variable mediadora fundamental; el mecanismo subyacente que
explica la aparición de un episodio depresivo sería la interrupción de patrones adaptativos de la
conducta tras la aparición de un suceso antecedente, apareciendo una respuesta emocional negativa y
el consecuente impacto emocional tras no poder anular el efecto estresor, y todo ello daría como
resultado un elevado estado de autoconciencia. De esta manera, disminuye la autoestima y se
producen cambios cognitivos-conductales y emocionales característicos de la depresión.
Otra teoría de tipo cognitivo-conductual es la teoría del autocontrol,
formulada por Rehm. La depresión se produciría al perder una fuente de reforzamiento externa que,
unido al déficit en las conductas de autocontrol; sería un modelo de diátesis-estrés, en el que el
déficit en las conductas de autocontrol es el factor de vulnerabilidad y la pérdida de
reforzamiento externo es el factor de estrés. Según Rehm, ese problema que puede presentar el
sujeto en las conductas de autocontrol se gestaría durante su proceso de socialización.
Modelos conductuales explicativos de la depresión
Este tipo de modelos se centran, principalmente, en focalizar el origen de la
depresión en la reducción de la frecuencia de las conductas de las personas. Para Ferster, la
principal característica de la depresión estaría en una reducida frecuencia de conductas que se
refuerzan de manera positiva acompañadas de un excesivo repertorio de conductas de evitación ante
experiencia de tipo aversivo.
Para Lewinshon la depresión se produce como respuesta a la carencia de refuerzos
positivos que aparecen junto a la conducta, ello provocaría un estado de ánimo deprimido en el
individuo, además de la desesperanza y/o baja autoestima como consecuencias de la reducción en el
nivel de actividad; la falta de habilidades sociales o la carencia de un ambiente idóneo donde
poder recibir reforzamiento social positivo serían factores determinantes en la aparición de los
episodios depresivos.
Para Costello la etiología de la depresión se centra más en la pérdida general
de la efectividad de los reforzadores que reciben las personas, debido a diversos tipos de
factores, como pueden ser cambios bioquímicos intrínsecos a las propias personas.
Modelos psicodinámicos
Desde las teorías de corte psicoanalítico, las explicaciones sobre el origen de
los trastornos depresivos se centran más en la pérdida de objetos amados durante la infancia, en
conflictos de tipo intrapsíquico y/o en pérdida tempranas durante la infancia. Freud denominada
ira interiorizada a la representación de ese impacto que produjo en el sujeto la pérdida del
objeto amado.
Otras teorías psicodinámicas mas recientes afirman que dichas pérdidas tempranas
repercuten en la autoestima la cual depende de la aprobación y el afecto de los demás y mostrándose
frustrados e incapaces al verse rechazados o abandonados; estas teorías rechazan el concepto de ira
interioriza de Freud.
Modelos explicativos biológicos
En cuanto a las explicaciones de tipo biológico de la depresión es de vital
importancia hablar sobre los tipos de neurotransmisores que están implicados en la etiopatogenia de
la depresión. Durante la depresión se produce un déficit de noradrenalina en las sinapsis
cerebrales, por ello los antidepresivos IMAO y los
antidepresivos tricíclicos
impiden la degradación de la noradrenalina.
La serotonina juega un papel decisivo también en las explicaciones biológicas de
los procesos depresivos; hay un déficit de serotonina en el estado depresivo y un aumento
serotnonérgico en los estados maníacos o hipomaníacos. La tendencia de tipo suicida en los
pacientes depresivos están directamente relacionadas con la disminución de la liberación de
serotonina en el cerebro. Por lo tanto una de las
causas de la depresión
parece ser la disminución de los niveles serotonina en el organismo.
También podría haber un incremento en la secreción de acetilcolina en los
estados depresivos, como han puesto de manifiesto diversas investigaciones con seres humanos y
animales de laboratorio. |