El citalopram es un psicofármaco empleado en el tratamiento de la depresión, tambien
conocido bajo el nombre comercial de Celexa. Por su acción neuroquímica es un inhibidor
selectivo de la recaptación de serotonina (ISRS).
Posibles efectos secundarios de uso de citalopram:
- Ansiedad.
- Temblores.
- Visión borrosa.
- Mareos.
- Insomnio.
- Náuseas.
- Pérdida del apetito.
- Disminución del deseo sexual.
- Somnolencia.
- Sequedad de boca.
Existen otra serie de sustancias químicas que pueden provocar efectos adversos
al interaccionar con el consumo de citalopram (Celexa);
en el caso, por ejemplo de fármacos que producen sueño o respiración lenta, podrían aparecer
reacciones adversas perjudiciales. También, al consumir relajantes musculares u otro tipo de
medicamentos prescritos para el tratamiento del dolor. Otro tipo de medicamentos que pueden
interaccionar de manera perjudicial con el consumo de
citalopram
o Celexa son, por ejemplo, antibióticos, otros psicofármacos antidepresivos, anticoagulantes,
medicamentos para el tratamiento oncológico, medicinas contra la migraña, fármacos contra la
malaria, medicamentos para controlar el ritmo cardíaco.
Es importante destacar que el consumo de alcohol puede incrementar la acción de
determinados efectos secundarios producidos por el consumo de citalopram.
Investigaciones muy recientes han arrojado interesantes datos acerca de la
relación entre el consumo de determinado psicofármacos
antidepresivos
y la prevención y/o retraso de la sintomatología de la enfermedad de Alzheimer. En el caso
particular del citalopram los estudios realizados por la Universidad de Pennsylvania y la
Universidad de Washington obtuvieron unos resultados sorprendentes; se observó que, tras la
administración de
citalopram
a enfermos de Alzheimer se consiguió detener el crecimiento de las placas de beta-amiloide en un
37%. La beta-amiloide es una proteína que crece de manera anormal en el cerebro de los enfermos de
Alzheimer, acumulándose en placas y constituyendo una de las principales características
neuropatológicas de la enfermedad de Alzheimer.
El citalopram suele prescribirse para el tratamiento de la
depresión
y la prevención de recaídas y recurrencias. También puede utilizarse en casos de pacientes que
padecen trastornos de angustia con o sin agorafobia, y para el trastorno obsesivo-compulsivo.
Además de los efectos secundarios del citalopram anteriormente citados,
existe otro tipo de reacción adversa provocada por el consumo de citalopram denominado acatisia,
que se caracteriza por la necesidad de estar continuamente moviéndose, intranquilidad y dificultad
para sentarse permanecer en estado de reposo. Este tipo de sintomatología psicomotora secundaria es
más frecuente que aparezca durante las primeras semanas de tratamiento.
Los efectos del tratamiento con citalopram suelen aparecer entre quince días y
un mes después del comienzo de su consumo. Resulta conveniente tomar ciertas precauciones si se
consume citalopram junto a otro tipos de psicofármacos
antidepresivos;
en el caso del consumo asociado de carbamacepina habría que vigilar las concentraciones plasmáticas
de dicho fármaco; en el caso del litio podría aparecer el denominado síndrome serotonérgico; por
último, otro psicofármaco asociado al consumo de citalopram y que conviene vigilar clínicamente
sería la imipramina.
Una mención especial merece la asociación entre el
tratamiento de la depresión
con citalopram y pacientes que presentan tendencias suicidas, particularmente en los comienzos del
tratamiento. Conviene, también, tomar precauciones en los casos en los que aparezca ansiedad y/o
problemas de insomnio, así como en los casos de aparición de episodios maníacos. |