El clorhidrato de fluoxetina es un antidepresivo, clásicamente, utilizado en los trastornos
del estado de ánimo y que aún se mantiene en la actualidad como uno de los psicofármacos contra la
depresión
más prescrito. Es conocido popularmente como Prozac ya que fue el primer nombre con el que
salió al mercado, en el año 1986. Su aparición en el mercado de los psicofármacos supuso un
importante acontecimiento dada su eficacia y selectividad terapéutica, además del menor número de
efectos secundarios que conllevaba en comparación con los psicofármacos que se comercializaban y
utilizaban hasta entonces.
Pero su utilización no es exclusiva para los
tratamientos de la depresión
ya que se usa también para tratar trastornos de la conducta alimentaria como la anorexia y/o la
bulimia, así como para pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo. La fluoxetina o
Prozac pertenece al grupo de
antidepresivos
denominados inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), con lo que su efecto
será incrementar los niveles de serotonina para combatir el estado de ánimo depresivo.
Se ha constatado la eficacia de la fluoxetina en el tratamiento de niños y
adolescentes, siempre combinado con la psicoterapia y teniendo en cuenta ciertas precauciones. Para
comprobar los efectos terapéuticos de la
fluoxetina
es preciso esperar unas tres o cuatro semanas, aproximadamente, por lo que hay que tener paciencia
y ser cautos al respecto, tratando de mantener una adecuada adherencia de los pacientes al
tratamiento psicofarmacológico y poder comprobar los resultados pasado el periodo de tiempo citado
anteriormente. |