El trastorno bipolar es una afección o trastorno mental que se caracteriza por los altibajos
emocionales que tienen las personas que están afectadas por mismo. Una persona que sufre trastorno
bipolar, también conocido como trastorno afectivo bipolar en un momento dado del día puede
estar completamente eufórico (denominado clínicamente manía) y horas después muy deprimido y
melancólico (depresión).
A este trastorno algunas personas lo denominan depresión bipolar aunque es un término inapropiado
debido a que la depresión es solo una de las caras del trastorno bipolar en el que como
hemos indicado el paciente va de de la depresión a la manía incluso varias veces en el mismo
día.
Tratamientos para el trastorno bipolar
Para el tratamiento del trastorno bipolar se utilizan distintos tipos de
tratamientos psicológicos y psicofarmacológicos.
Habría tres líneas terapéuticas principales para los trastornos bipolares: los
psicofármacos, la educación y la psicoterapia. Aún siendo esenciales los fármacos y la
psicoterapia, es importante enseñar al paciente a administrarse correctamente los tratamientos,
ayudándole a comprender el trastorno y mostrándole como gestionar correctamente la prevención de
recaídas.
En cuanto a los fármacos empleados en el tratamiento sintomatológico de los
pacientes bipolares se usan los llamados fármacos estabilizadores del estado de ánimo. El
litio es uno de los medicamentos usados en el
tratamiento del trastorno bipolar,
el problema es la gran cantidad de efectos secundarios que conlleva su aplicación; a pesar de ello
es eficaz en el caso de episodios maníacos, en la fase maníaca, en general, de los trastornos
bipolares y, también, se utiliza para los trastornos esquizoafectivos y en pacientes
violentos.
Los estabilizadores del estado de ánimo se utilizan para el tratamiento
de los episodios maníacos, hipomaníacos y mixtos y con una función preventiva en los trastornos
bipolares. El tiempo de actuación del litio en estos pacientes es de algo menos de un mes, por lo
que podría ser aconsejable que el psiquiatra aconsejara la aplicación de algún antipsicótico
durante este periodo. En un porcentaje más elevado del que cabría esperar a priori, el tratamiento
con litio no produce los efectos deseados en los pacientes
bipolares
y esto se debe, fundamentalmente, a la falta de adherencia al tratamiento, es decir, los pacientes
no toman la medicación adecuadamente y esto provoca la falta de eficacia de los mismos. El
carbonato de litio no sólo se utiliza para tratar los trastornos bipolares, también se prescribe en
los casos de episodios depresivos, la
depresión mayor
y los trastornos del control de los impulsos; puede provocar algunos efectos secundarios como
temblores, molestias digestivas o déficits de tipo cognitivo. La carbamacepina también puede
producir algunos efectos secundarios, por ejemplo hepatitis, dermatitis y disminución del número de
plaquetas, por tanto su prescripción está más controlada. Por último, el ácido valproico
también conlleva posibles efectos secundarios como ganancia de peso, resistencia a la insulina o
trastornos menstruales.
Los bloqueadores de los canales de calcio y los anticonvulsionantes son los
otros psicofármacos empleados en el tratamiento de los pacientes con trastornos bipolares. Los
bloqueadores de calcio solo son efectivos si se combinan con otros tipos de fármacos, como
el Verapamilo; sin embargo, los anticonvulsionantes muestran una eficacia generalizada al aplicarse
en el trastorno maniaco depresivo, resaltando que este tipo de fármacos son los que se utilizan
para tratar la epilepsia: carbamacepina, valproato o clonacepam, son algunos de ellos.
Respecto a los tratamientos psicológicos cabe destacar que tipos muestran su
eficacia para el tratamiento de los
trastornos bipolares.
La terapia cognitivo-conductual y la terapia cognitiva se incluyen dentro de programas
psicoeducativos con el fin esencial de incrementar la adherencia al tratamiento farmacológico de
este tipo de pacientes. La terapia familiar y la terapia marital es utilizada en esto tipo de
pacientes, fundamentando su aplicación en alta expresividad emocional que presentan estos sujetos.
Por último, la terapia interpersonal y del ritmo social de Frank se aplica en pacientes bipolares
con la finalidad de establecer relaciones interpersonales en la vida diaria de estas
personas.
En el proceso de tratamiento, a veces, se requiere la hospitalización de los
pacientes aunque de corta duración; esta medida se adopta en los casos en aparecen conductas
impulsivas y agresivas, así cómo tendencias suicidas. Otras situaciones que aconsejan la
hospitalización de los pacientes maníacos son aquellas en las que resulta difícil controlar la
adherencia de los pacientes al tratamiento y/o adicciones comórbidas al alcohol o drogas, siendo
necesario un seguimiento médico y psicológico exhaustivo. |